Se forra con la masa quebrada un molde de 28 cm y se recortan los sobrantes. Si previamente se ha tenido que extender la masa, habrá que dejarla reposar media hora antes de hornear, para que el gluten de desarrolle y no encoja mucho en el horno.
Se pincha la masa con un tenedor para evitar que suba, se cubre con papel vegetal y se llena de judías o garbanzos, que ejercerán el peso suficiente para evitar que la masa suba.
Se hornea en el horno previamente precalentado a 180 durante diez minutos. Se quizán las judías o garbanzos y el papel vegetal y se hornean otros 5 minutos. Y ya tenemos la masa precocinada.
Se hace un sofrito con el ajo y el perejil picados. Cuando comience a dorarse el ajo, se añaden los tomates rallados hasta que se sofrían al gusto de cada uno.
Se calientan dos cucharadas de agua en el microondas durante 10 segundos y se añaden las hebras de azafrán. Se dejan en infusión, tapadas, durante 5 minutos.
Se pone la nata en un cazo y se calienta, sin que llegue a hervir. Se añade la infusión de azafrán y se deja reposar 10 minutos.
Mientras batimos los huevos y las yemas, con sal y pimienta, hasta que se quede la mezcla bien espumosa. Yo lo he hecho con una batidora eléctrico de varillas. Cuando esté espumosa, se mezcla con la crema de azafrán.
Se extiende sobre la masa el sofrito de tomate y se cubre con la crema de azafrán.
Este blog pretende ser una cajita de colores, olores y sabores, que al abrirla seduzca a la vista, active el olfato y provoque a la lengua. Pretende ser también un lugar de intercambio de pecados culinarios que no buscan el perdón, sino la entrega absoluta a la dulce o salada tentación.
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